En octubre de este año 2006, el Jefe de Gobierno –Telerman- presentó el presupuesto para el 2007 con un déficit de $1.000 millones. Ante el rechazo unánime de todos los bloques destituyó al Ministro de Hacienda y designó otro al que envió a la Legislatura a explicar lo inexplicable, como el hecho de recalcular rápidamente y sin haber variaciones sustanciales, una mayor recaudación para el 2007.
Además de esta falta de seriedad, en los dos proyectos remitidos por el gobierno (el original y el corregido), de neto corte electoralista, se bajan en más de un 10% las asignaciones para la Tercera Edad y, haciendo caso omiso al crecimiento importante en los índices de desnutrición en la ciudad, no sólo no se incrementaron los recursos sino que hasta se dieron de baja programas.
Lo que sí mantuvo el Ejecutivo en los dos proyectos presentados fueron los “súper poderes” que lo habilitan a cambiar el destino de más de $500 millones. Por eso los recursos que se asignen por ley se convierten en letra muerta frente a este sistema inconstitucional de facultades extraordinarias, que el gobierno de la ciudad viene implementando desde la era Ibarra, con la complicidad de una mayoría parlamentaria.
Una ley de presupuesto con “súper poderes”: es mentir. Si los fondos son utilizados con fines electorales: es robar. Y legitimar su incumplimiento: es votar contra todos los vecinos de Buenos Aires, y especialmente contra los más vulnerables: los pobres.
Comentarios
Basta de la "doble moral" de pretender quedar como impoluta, cuando en realidad forma parte de la vieja política que dice denostar.
por Montes de Urquiza