Cuando la tarde se consume en una hoguera mística, y el horizonte exhala sus últimos resabios de luz, velado casi tras las cortinas de amatista, y ajeno al suplicio del hombre obre la cruz, Brota en mi pecho el deseo de verte una vez más, mas tu silueta se ha perdido bajo las aguas solemnes. Sé que de aquel lago nadie retorna jamás; y que jamás, entonces, podré volver a verte. Pero ni una ausencia eterna hará menguar mi esperanza; pues por profunda que sea, la incertidumbre tampoco lo hizo. Tu figura se vuelve tangible en la tierra de la añoranza, en el recuerdo, aquel mundo que no muere sin pedir permiso. Agustín Mojica, 4 año escuela N°7 María Claudia Falcone Este despacho tuvo el enorme placer de asistir al acto- homenaje de Nelva Falcone y su hija Claudia -víctima de la terrible "Noche de los Lápices"- que brindó la escuela N°7 María Claudia Falcone. En esta oportunidad, el título que encabeza el informe nos pareció muy pertinente ya que de la mano de Naoki, alumno d...